Hace aproximadamente unos tres años leí una publicación de una amiga que practica el Homeschooling, en donde se veía una imagen en la que todos estaban desayunando un chocolate caliente y comentaba que uno de los muchos beneficios de estudiar en casa es evitar salir en tiempo de frío tan temprano...
En ese entonces yo ya estaba en mi oficina lista para iniciar la jornada laboral, debo admitir que sentí un poco de envidia... (de la buena)... ya hacía al menos una hora de que mis hijos estaban en el colegio, pero también me dije: "Es imposible, ¿cómo van a estar esos niños sin asistir a la escuela?".
Creo que ese momento fue clave en mi revolución interior, fue parte del nacimiento de la idea de que se pueden hacer las cosas de manera diferente... ¿Por qué no estudiar así?... ¿Por qué no?
Hoy disfruto las mañanas, el clima frío nos invita a estar cinco minutos más en la cama, a pensar entre todos qué se nos antoja desayunar, a disfrutar el calor de la cocina y el olor a pan doradito. A todo esto también le sumo el ahorro en ropa térmica que tuvimos este año, en mallas blancas para el uniforme, guantes gorros, chamarras en color azul o gris que eran los que permitían en el colegio.
El desayuno nos permite platicar en familia, muchas veces de ahí nace un tema de estudio del día, por ejemplo: mi hijo preguntó a su papá que si pasarían en vivo un partido de fútbol de la Copa de España, aquí como a las 12 del día, y una de mis hijas preguntó por qué jugaban tan temprano entre semana, a lo que les comenzamos a explicar el huso horario... después, mientras yo terminaba de arreglar la cocina mi hijo se tomó un tiempo para explicarles a detalle con un globo terráqueo de juguete, y complementamos un poco la clase con Internet, así que ya saben que en México se utilizan los husos horarios UTC–6, –7 y –8, denominados oficialmente Tiempo del Centro, Tiempo del Pacífico y Tiempo del Noroeste, respectivamente.
O más bien sabemos, porque yo estoy aprendiendo junto con ellos... algunas veces tengo que leer un poco o investigar antes de responder a sus preguntas, a veces investigamos juntos, otras veces ellos me enseñan a mí... pero si de algo estoy segura es de que las quejas y los lamentos de salir corriendo por las mañanas, de hacer tareas tediosas y estudiar para un examen han ido desapareciendo poco a poco... cada día nos ofrece la oportunidad de hacerlo nuestro, de disfrutarlo al máximo, de estudiar envueltas en cobijas o en el jardín, de leer un libro, ver una película, navegar por Internet o jugar un videojuego, de retarnos en un juego de mesa o de cocinar esa receta deliciosa...
